martes, 26 de julio de 2016

El ejercicio podría reducir el riesgo de 13 tipos de cáncer, según un estudio.

El ejercicio podría reducir significativamente el riesgo de muchos tipos de cáncer, incluso algunas de las formas más letales de la enfermedad, sugiere una revisión de gran tamaño.


Hacer ejercicio, incluso un par de horas por semana, parece reducir el riesgo de cáncer de mama, de colon y de pulmón, apuntaron los investigadores, que observaron a 1.4 millones de adultos. "Esos son tres de los cuatro tipos más importantes de cáncer que afectan a los estadounidenses hoy día", apuntó Marilie Gammon, profesora de epidemiología de la Facultad de Salud Pública Gillings de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill.

Y los aficionados a estar en forma deben animarse: el riesgo de cáncer parece seguir declinando a medida que se aumentan las horas de actividad física, sin un tope aparente, comentó el autor del estudio, Steven Moore, investigador del Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. "A más actividad, más beneficio", dijo Moore. "A medida que la gente hacía más, su riesgo siguió bajando".

Pero hay que anotar que el estudio solo encontró una asociación entre el ejercicio y un riesgo más bajo de cáncer, no probó una relación causal.

En el estudio, el ejercicio regular terminó vinculándose con un riesgo reducido de 13 tipos de cáncer en total, apuntaron los investigadores. Los otros fueron la leucemia, el mieloma y los cánceres de esófago, hígado, riñón, estómago, endometrio, recto, vejiga, y cabeza y cuello.

Las directrices federales actuales sobre el ejercicio (150 minutos de actividad de intensidad moderada a la semana, o 75 minutos de actividad vigorosa) se dirigen a la salud cardiaca, pero también funcionan bien para la prevención del cáncer, señaló Moore.

El ejercicio de intensidad moderada consiste en actividades como caminar a paso vivo o jugar al tenis, mientras que el ejercicio de intensidad vigorosa conlleva actividades que pongan al corazón a latir, como correr o nadar largos, según la Oficina de Prevención de la Enfermedad y Promoción de la Salud de EE. UU.

En este estudio, Moore y sus colaboradores se concentraron en la actividad física del tiempo libre realizada fuera del trabajo o de las tareas del hogar. "Se trata de actividad física voluntaria generalmente realizada para mejorar la salud", aclaró.

Alrededor de la mitad de los adultos estadounidenses no cumplen con la recomendación federal mínima de ejercicio, dijeron los autores del estudio en la información de respaldo.

Investigaciones anteriores han vinculado el ejercicio con un riesgo más bajo de cáncer de mama y de colon, pero ningún estudio había intentado observar el efecto de la actividad física sobre varios tipos distintos de cáncer, señaló Moore.

Los investigadores reunieron datos de 12 estudios de EE. UU. y europeos para crear una base de datos de 1.4 millones de adultos de 19 a 98 años de edad. Entonces, examinaron si la actividad física reportada por los propios participantes planteaba una diferencia en el riesgo de 26 tipos de cáncer.

El ejercicio se asoció con un riesgo más bajo de la mitad de los tipos de cáncer incluidos por los investigadores, y esa reducción siguió siendo significativa en casi todos, incluso tras tomar en cuenta factores de riesgo como la obesidad y los antecedentes de tabaquismo.

En general, un nivel más alto de actividad física se asoció con un riesgo un 7 por ciento más bajo de cáncer en total, reportaron los investigadores.

El rango de reducción del riesgo varió desde un 42 por ciento para el cáncer de esófago hasta un 10 por ciento para el cáncer de mama, dijeron los autores del estudio. En cuanto al cáncer de colon y el de pulmón, el riesgo se redujo en un 16 y en un 26 por ciento, respectivamente, sugirieron los hallazgos. "Esto sugiere que la actividad física podría tener un rol en los esfuerzos poblacionales de prevención del cáncer", dijo Moore. Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 16 de mayo de la revista JAMA Internal Medicine.

Nadie sabe con certeza el motivo de que el ejercicio parezca ayudar a evitar el cáncer, comentaron Moore y Gammon, pero hay algunas teorías destacadas. La actividad física reduce los niveles de hormonas, como el estrógeno, que se han vinculado con distintos tipos de cáncer, y ayuda a controlar los niveles de insulina y del factor de crecimiento insulínico, apuntó Moore. Las personas que hacen ejercicio también tienden a tener unos niveles más bajos de inflamación, dijo Moore. Sus células también parecen sufrir menos estrés oxidativo, y ser más capaces de reparar el ADN dañado que podría provocar cáncer, apuntó Gammon, coautor de un editorial publicado junto al estudio.

Gammon dijo que lo que más le complació fue la reducción del 42 por ciento en el riesgo de cáncer de esófago. "Es bastante increíble, porque se trata de un tumor muy letal", comentó. "Creo que la supervivencia promedio es de 11 a 12 meses tras el diagnóstico". Otros cánceres muy letales que parecen hacerse menos comunes con el ejercicio incluyen los del hígado, el estómago, los riñones, y la cabeza y el cuello, señaló Gammon. "Tener una estrategia para ayudar a reducir el riesgo de esos tipos de cáncer es muy bueno, porque una vez se han diagnosticado las perspectivas no son óptimas", enfatizó.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

FUENTES: Marilie Gammon, Ph.D., professor of epidemiology, Gillings School of Public Health, University of North Carolina at Chapel Hill; Steven Moore, Ph.D., MPH, investigator, U.S. National Cancer Institute; May 16, 2016, JAMA Internal Medicine, online 

Fuente: MedlinePlus


viernes, 1 de julio de 2016

¿Cómo quieres que sean tus últimos años de vida?


“Muere joven, pero tan tarde como sea posible” Ashley Montagu

“Muchos mueren a los 25 años, pero no son enterrados hasta los 75” Benjamin Franklin


Las buenas condiciones de salud de nuestra sociedad actual (sistema sanitario universal y gratuito, acceso a medicinas, abundancia de alimentos, etc.) han hecho que la esperanza de vida en nuestro país aumente. Actualmente la población vive hasta edades más avanzadas que hace 50 años. Sin embargo, vivir más años no significa vivir mejor. Las grandes comodidades a las que está sometida la población: exceso de alimentación, alimentos dulces y procesados, medios de transporte, máquinas que realizan el trabajo que antes era manual, formas de ocio inactivo, entre otras muchas, están haciendo que nuestro cuerpo, diseñado por la evolución para moverse y pasar hambre en algunos momentos, se vaya deteriorando con el paso de los años. Vivimos más pero los últimos años son peores en calidad. Antiguamente la población solía morir de forma repentina mientras se podía valer por sí misma. Actualmente muchas personas padecen largas enfermedades y se van apagando poco a poco hasta que llega su último día. Esa es la gran diferencia entre la "esperanza de vida" y la "calidad de vida". En este vídeo se resume muy bien las dos maneras de afrontar la vida.

Tú, ¿cuál de las dos opciones eliges?

 
 
Nunca es tarde para mejorar la calidad de vida.