El aceite de palma es un tipo de aceite muy utilizado por la industria alimentaria debido a su bajo coste. Aparece en todo tipo de galletas, productos de bollería y comida enlatada. Sin embargo, este producto es perjudicial tanto en lo referente a su producción como a su consumo.
Imagen: elperiodico.com
En cuanto a la producción, los perjuicios derivados son los siguientes:
- Su plantación exige la deforestación de las selvas de países tropicales y esto ocasiona, entre otras consecuencias, la desaparición de animales autóctonos de la zona como es el caso del orangután en las selvas de Borneo y Sumatra, el desplazamiento de familias y aldeas enteras a otras zonas para poder establecer las plantaciones, la desaparición de la variedad de las espacies vegetales debido a que donde crece la palma no crece nada más.
- La mano de obra seleccionada para trabajar en estas plantaciones es explotada. En estos países tropicales siempre hay gente necesitada que puede trabajar por muy poco dinero.
- El coste ecológico del transporte del aceite desde los países de orígen a los de destino deja una profunda huella debido al CO2 producido por los barcos y camiones empleados en ello.
En cuanto a su consumo, las conclusiones de este artículo son las siguientes:
- Su perfil en ácidos grasos saturados es, desde hace mucho tiempo, considerado como poco saludable y por lo tanto como poco recomendable.
- Dentro de este perfil saturado, recientes investigaciones aportan más pruebas de las ya existentes sobre el perjuicio que supone el ácido palmítico. Lo que convierte al aceite de palma, especialmente rico en este ácido graso, en una de las peores elecciones alimentarias.
- En nuestro medio es prácticamente imposible encontrarlo fuera de los alimentos procesados, los cuales ya sabes que cuentan con dos velas negras (por definición) por su escaso interés nutricional y su habitual riqueza en hidratos de carbono refinados, azúcares y sal, además de por la naturaleza de sus grasas.
- La presencia de compuestos potencialmente carcinogénicos fruto de su necesario procesamiento ponen la guinda a este pastel que, esperemos, no lleve aceite de palma. En este sentido, este artículo indica que en un estudio realizado con ratones, el ácido palmítico (aceite de palma) resultó ser, con diferencia, el mayor inductor de metástasis del cáncer. En este sentido, en un artículo publicado por elperiodico.com se informa de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) informó la pasada primavera de que la fabricación del aceite de palma genera unos contaminantes potencialmente carcinogénicos, llamados esteres glicidílicos o GE, porque en el proceso de elaboración se alcanzan temperaturas superiores a los 200 grados. Sin embargo, no recomendó a los consumidores dejar de consumirlo e insistió en que se necesitaban más estudios para evaluar el nivel de riesgo.