Los productos ultraprocesados son alimentos que han sido sometidos a un proceso industrial de transformación que altera profundamente su composición original, agregando ingredientes artificiales como conservantes, colorantes, edulcorantes y aditivos para mejorar su sabor, textura y duración en el mercado. Estos productos suelen estar compuestos principalmente por ingredientes que no se utilizan en la cocina casera, como aceites refinados, azúcares añadidos, harinas refinadas y otros componentes que imitan las propiedades de los alimentos naturales.
El consumo frecuente de productos ultraprocesados está relacionado con varios efectos negativos sobre la salud. Uno de los problemas más graves es su contribución a la obesidad. Debido a su alto contenido calórico, bajo valor nutricional y su capacidad de generar adicción debido al azúcar y la grasa, estos alimentos pueden llevar a un aumento de peso excesivo y, con el tiempo, a enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2.
Además, el exceso de sal y grasas trans presentes en muchos productos ultraprocesados aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión, enfermedades cardiovasculares y trastornos cerebrovasculares. Diversos estudios han demostrado que una dieta alta en estos productos está asociada también con un mayor riesgo de cáncer, particularmente en órganos como el colon y el estómago.
Finalmente, la baja calidad nutricional de los productos ultraprocesados afecta la microbiota intestinal, lo que puede influir negativamente en la digestión y el sistema inmunológico. Una alimentación pobre en fibra y rica en productos procesados puede alterar el equilibrio bacteriano en el intestino, favoreciendo la proliferación de bacterias dañinas y disminuyendo la presencia de bacterias beneficiosas.
En este vídeo, el Dr. Borja Bandera explica detalladamente cuáles son las características y los efectos de este tipo de productos en nuestra salud.
Las siguientes infografías exponen diferentes ejemplos de productos ultraprocesados.
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