sábado, 2 de enero de 2016

El ejercicio físico podría alargar la vida.

La actividad física está asociada con un menor riesgo de varias enfermedades relacionadas con la edad, así como con una mayor longevidad.

Una hipótesis relaciona la longitud de los telómeros con el envejecimiento. Los telómeros se encuentran en ambos extremos de cada cromosoma, protegen al genoma de la degradación nucleolítica y  desempeñan un papel vital en la preservación de la información en nuestro genoma. Como un proceso celular normal, una pequeña porción de ADN telómerico se pierde con cada división celular. Cuando la longitud del telómero alcanza un límite crítico, la célula muere. La longitud del telómero por lo tanto puede servir como un reloj biológico para determinar la vida útil de una célula y un organismo.

Varios informes han demostrado también que telómeros más largos se asocian con mayores niveles de actividad física, lo que indica un posible vínculo entre la actividad física, la reducción de enfermedades relacionadas con la edad y la longevidad. 
Song y colaboradores (2010) han demostrado que la duración del ejercicio se correlaciona inversamente con los biomarcadores del daño en el ADN y los telómeros y con la expresión de p16, un biomarcador del envejecimiento de las células humanas. El ejercicio puede reducir la grasa dañina y ayudar a movilizar los productos de desecho para su rápida eliminación, lo que origina la disminución del estrés oxidativo y a la conservación del ADN y los telómeros

Werner y su equipo (2009) observaron en los ratones que el ejercicio se asocia con la actividad elevada de la telomerasa y la supresión de varias proteínas de la apoptosis, incluyendo la p53 y la p16. Por otra parte, estos autores también vieron que los leucocitos de los atletas humanos poseían una actividad elevada de telomerasa y una disminución del acortamiento del telómero, cuando se les comparó con los no atletas. Así pues, el ejercicio parece estar asociado con la reducción del estrés oxidativo y con el aumento de la expresión de las proteínas estabilizadoras del telómero y por lo tanto puede disminuir el ritmo del envejecimiento y la aparición de las enfermedades relacionadas con la edad.

Recientes publicaciones  de la Universidad de Corea (2012) informan que las mujeres se benefician por el mantenimiento de la longitud del telómero debido al estrógeno, pero esto disminuye con la menopausia. Sin embargo dicho estudio concluye que el ejercicio físico habitual se asocia con una mayor longitud de los telómeros en las mujeres posmenopáusicas. Este hallazgo sugiere que el ejercicio físico habitual en mujeres posmenopáusicas puede reducir el desgaste de los telómeros.

Ludlow AT, Witkowski S y colaboradores (2012) confirman una vez más que a largo plazo el ejercicio altera la dinámica de los telómeros, relentizando los problemas relacionados con la edad

Incluso estudios de  Jacobs TL, Epel ES  (2011) sugieren que la meditación y el cambio psicológico positivo contribuyeron a un aumento en la actividad de la telomerasa, con implicaciones para la longitud de los telómeros y la longevidad.

Sin embargo, es significativo revelar que algunos estudios han mostrado que atletas que acumulan fatiga crónica, como son los corredores, que no dejan descansar al organismo debido a unos volúmenes y frecuencias de entrenamiento excesivamente elevadas, poseen esta estructura más corta que deportistas de alto nivel de disciplinas que involucran el entrenamiento de la fuerza (Collins et al., 2003).

Fuente y artículo completo:
Urrizaga Mariano y Varela Mauricio. Envejecimiento, Telómeros y Rol del Ejercicio Físico. Importancia del Entrenamiento de Fuerza. 2012. http://www.gefientrenamiento.com.ar/?p=1348
 

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